
La decisión de que la boda sea celebrada en total intimidad llevó a la pareja a desposarse solo ante la mirada de unos pocos familiares –los más cercanos, según se anotó– y sus respectivos mejores amigos. Como testigos del enlace actuaron Éricka Carvajal, Poly Ugarte, Alfonso Harb y Luigi Maquiavelo.
Aunque emotiva, tanto para Muñoz como para Bravo, la ceremonia no fue muy larga y luego de darse el sí quiero, los nuevos esposos compartieron una también íntima recepción.

Bravo, cuyo traje de novia fue inspirado por la diseñadora Olga Doumet, dijo sentirse feliz por formar una familia con Muñoz. “Lo de la boda lo veníamos hablando hace tiempo. Vito es un hombre serio y ambos deseábamos vivir juntos, estar siempre los tres”, dijo en alusión al pequeño Sebastián, de un año cinco meses.
El niño, anotó Muñoz, los ocupa a tiempo completo y requiere de mucha atención; por ello no planean tener hijos, al menos no por el momento. “Tatiana tiene sus propios proyectos; estamos comenzando a desarrollarlos; quizá más adelante”, manifestó el novio.
Fuente:eluniverso.com
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