Este carismatico amiguito del reino animal es un “caracol banana”, un gastrópodo cuyo nombre en latín, Dolichophallus, significa, literalmente, “pene largo”. La razón es obvia: en proporción con su cuerpo, cuenta con uno de los miembros más extensos del reino animal, tanto, que su longitud puede llegar a igualar la de su cuerpo entero.
Y por si esto no fuera suficientemente sorprendente, en el terreno sexual esta especie de caracoles destacan por otra característica: son hermafroditas, es decir, los especímenes cuentan al mismo tiempo con los órganos reproductores de una hembra y de un macho. Hay un momento durante la cópula que los penes de los involucrados comienzan a asomarse por encima de sus cabezas, en un acto que tardar varias horas en consumarse.
Como se ve, la combinación de estos dos rasgos ―el hermafroditismo y la notable longitud de su pene, esto da al pobre caracol más dolores de cabeza que placer, pues al final de la cópula uno de los caracoles intenta desprenderse de sus genitales masculinos, lo cual se dificulta en el caso de especímenes de gran tamaño, situación en la que la pareja, amablemente, se ofrece a masticar los órganos para ayudarle al otro a quitárselos de encima.
Con esto creo que qeuda casi comprobado que tener un pene tan grande no es lo mejor que puede ocurrirle a un animal.
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