Los astrónomos se quedaron boca abierta al ver esta imagen, transmitida a la Tierra por la sonda Cassini desde Saturno. Se trata de Pan, una de las muchas lunas que orbitan alrededor de este mundo gigantesco, una que había permanecido hasta ahora oculta dentro de sus anillos y que no había podido, por lo tanto, ser fotografiada con detalle, a pesar de haber sido descubierta en 1990. Su forma, que recuerda a la de un ovni, ha causado una gran sorpresa entre los investigadores, reseña abc.es.
Junto con Atlas, otra luna de extrañas formas, se cree que Pan nació de la acumulación de grandes cantidades de partículas heladas de los propios anillos en los que se encuentra, un extremo que podría arrojar luz sobre cómo los planetas se forman a partir de un disco de materia que rodea a las estrellas recién nacidas. Tanto Atlas como Pan, que miden apenas unos 20 km. de polo a polo, tienen un extraño abultamiento en sus zonas ecuatoriales, lo que les confiere su extraño aspecto de platillo volante.
A primera vista, podría parecer que su forma se debe a una rotación muy rápida, algo parecido a lo que le sucede a un disco de masa de pizza cuando empezamos a darle vueltas. Pero los astrónomos han descubierto que cada uno de estos dos satélites tarda cerca de 14 horas en completar una única rotación, una velocidad absolutamente insuficiente para explicar una forma tan caprichosa.
Carolin Porco, científica planetaria del Instituto de Ciencias Espaciales en Boulder, Colorado, sospecha que estas lunas tan peculiares podrían haberse formado del propio material de los anillos, y no a partir de fragmentos de colisiones con las lunas mayores del planeta.
Tras analizar las formas y las densidades de las lunas a partir de datos obtenidos por la Cassini, el equipo que digige Porco se encontró que tanto Atlas como Pan son luminosos, porosos y helados. Es decir, que tienen exactamente las mismas características de las partículas que forman los anillos.
Simulaciones informáticas posteriores sugieren que entre un tercio y la mitad del material que compone estas lunas procede, precisamente, de los anillos de Saturno. Y que ese material se acumula alrededor de fragmentos más densos de roca, procedentes de antiguas colisiones sucedidas hace miles de millones de años.
El resultado son imágenes como las que encabezan estas líneas. Se cree que Saturno tiene más de 200 satélites, aunque por ahora se ha confirmado la órbita de unos 60. Queda, pues, mucho que descubrir. Y muchas sorpresas por encontrar.
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